Queso con membrillo 2.0: cheesecake de queso y membrillo

En Galicia uno de los postres más típicos para la sobremesa es el queso acompañado de membrillo, especialmente un queso de Arzúa-Ulloa o similar, dependiendo de la zona y del gusto de cada casa claro está, pero un queso suave y cremoso acompañado de un buen membrillo casero es una sobremesa que no puede faltar. Algo tan tradicional no podía faltar en mi blog... pero como ya sabéis que no me puedo estar quieta me puse a pensar... y le di una vuelta... y aquí os traigo mi versión 2.0 del tradicional queso con membrillo :P

No es más que una tarta de queso tradicional, en la que utilizamos como materia prima un buen queso, en esta ocasión me decanté por un queso de leche cruda Campo Capela que está buenísimo, suave pero con un punto ácido muy bueno. Y para la cobertura de la tarta, en lugar de utilizar mermelada he puesto membrillo, directamente... El resultado espectacular, una tarta fresca, no muy pesada (para ser una tarta de queso), que te devuelve a ese momento tradicional de la sobremesa pero con un toque más actual. La base de galletas es opcional, yo me animé a hacerla porque me gusta mucho su sabor y su textura en boca para este tipo de tarta, pero podéis omitirla perfectamente. Sin más, pasamos a la preparación de esta super tarta de queso con membrillo.



Cómo hacer queso con membrillo versión 2.0


Ingredientes (molde 18cm):

200ml nata para montar
-300gr queso de lche cruda (o el que queráis)
-100gr azúcar moreno
-4 huevos S
-200ml leche (yo puse desnatada)
-1 cucharada de harina (la que queráis)

-Membrillo para la cobertura

-1/2 paquete de galletas tipo Digestive (o las que os gusten)
-Un chorrito de agua

Preparación:

Empezamos por la base. Yo forro el molde con papel antiadherente para ayudarme a desmoldar la tarta, así que lo primero que hago es esto. A continuación trituramos las galletas, como es una versión en tarta de un postre tradicional no dejé las galletas muy picadas, dejé algunos "tropezones" para darle un toque más rústico. Mezclamos las galletas ya trituradas con un poco de agua, lo justo para que quede como una textura de arena mojada, y cubrimos toda la base del molde con ellas. Reservamos.

Para la tarta de queso, ponemos un cazo al fuego con la nata, le quitamos la corteza al queso, lo picamos y lo añadimos a la nata. Todo a fuego medio o medio bajo, removiendo de vez en cuando para que no se queme. Debemos dejarlo al fuego hasta que el queso se haya fundido completamente.

Mientras tanto, ponemos en un bol los huevos con el azúcar y batimos hasta que se mezclen bien y empiecen a espumar. No es necesario de dupliquen el volumen ni mucho menos, simplemente hay que batirlos bien y que espumen, nada más.

Cuando el queso ya se haya fundido apartamos del fuego, cuando haya enfriado un poco añadimos la leche bien fría de la nevera, para que vaya bajando más la temperatura. Batimos bien hasta mezclarlo todo y ahora pasamos esta mezcla, poco a poco, al bol de los huevos. Sin dejar de batir los huevos (para que no se cuajen con el calor) vamos añadiendo la crema de queso poco a poco, en forma de hilo constante, hasta haberlo mezclado todo.

Entonces añadimos la harina y batimos de nuevo, mejor añadirla tamizada para que no queden grumos y se incorpore fácilmente.

Ahora tenemos dos opciones, pasar la mezcla por la batidora para cerciorarnos de que no ha quedado ningún trozo de queso sin fundir o utilizar un colador. Yo he utilizado la segunda opción, para rellenar el molde con la crema de queso he utilizado un colador, de tal forma que la crema queda totalmente lisa y sin grumos.

Entonces llevamos ya la tarta al horno precalentado a 190º durante 30 minutos, pasado el tiempo bajamos la temperatura a 180º y la dejamos 20 o 30 minutos más, hasta que al pinchar con una brocheta ésta salga limpia pero que el centro todavía tiemble un poco, como tiemblan los flanes o las gelatinas. Así nos aseguramos de que quede jugosa.

Para la cobertura no tenemos más que coger el membrillo, si es casero mejor, ponerlo en un cazo al fuego con un chorrito de agua y calentarlo hasta deshacerlo por completo. Entonces lo añadimos por encima a la tarta (cuando termine de hornearse, claro) y lo dejamos enfriar en el molde hasta el día siguiente.

Para enfriar la tarta yo os aconsejo que una vez que termina de hornearse la dejéis en el horno con la puerta entreabierta, yo la dejé así toda la noche, así el cambio de temperatura no es muy brusco y evitamos que se baje mucho la tarta.

Espero que os guste esta nueva versión del queso con membrillo tradicional gallego :D

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